El pasado año, la sequía y el calor extremo pasaron factura a los datos de la trufa negra de Soria (Tuber Melanosporum), reducidos hasta en un 75% respecto a años anteriores. Para la campaña de este 2023 se  prevé superar los números del año anterior, ya que las abundantes lluvias de mayo y junio han sido “claves”, dado que “es el periodo fundamental para el desarrollo de la trufa”, según explica José Manuel Pérez, presidente de la Asociación Provincial de Truficultores y Recolectores de Soria.

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